segunda-feira, 28 de setembro de 2009

sábado, 26 de setembro de 2009

Ando como hormiguita - Silvio Rodríguez



Ando como hormiguita por tu espalda,
ando por la quebrada dulce de la seda.
Vengo de las alturas de tus nalgas
hacia el oro que se derrama y se me enreda.

Tú te vuelves pidiendo el cielo,
apuntando a la luz con flores.
Y como lazarillos son los sabores
en tu jardín de anhelos


Tú sentada en una silla
yo de pie con expresión de lord
tu desnuda y con sombrilla
yo vestido pero con calor.

Tú con uñas y con dientes
mirándome de frente
con brillo de matar.
Yo retrocediendo un poco
llenándome de un loco
deseo de sangrar.

Tú besando tus rodillas
yo discreto pero sin rubor
tú creando maravillas
yo soñándome esquimal sin sol.

Tú con un ritmo tan lento
buscando un alimento
frotado con alcohol.
Yo de pronto ensimismado
mirándote alelado
colmada de licor.

Tú ardiente y sin capilla
yo quitándome el sombrero alón
tú dispuesta la vajilla
yo al filo de mi pantalón.

Yo a punto del delirio
extraigo un solo cirio
que poso ante tu flor.
Tú susurrando un misterio
de un no sé qué venéreo
me das un protector.

sexta-feira, 25 de setembro de 2009

Detalles


Quiero escribir un poco más de Chico y compartir con todos un puñado de recuerdos sueltos. Como he dicho, a veces Chico y yo nos escapábamos y recorríamos algunos lugares de Managua. No me acuerdo bien, pero creo que después que cumplíamos lo que teníamos que hacer, cambio de informaciones y de orientaciones, o entrega de correo que yo llevaba no me acuerdo a quien. Tampoco me acuerdo en que época fue eso, creo que fui en el 78. Nos íbamos por ejemplo, al mercado oriental. Tomábamos sopa de res o de cola. Me acuerdo exactamente del lugar. Andábamos en medio de la multitud, tal vez él estaba dando tiempo para un nuevo contacto, que imagino tenia próximo de allí. Entonces aprovechábamos esos intervalos. Chico hasta bromeaba con las vendedoras del mercado. Yo apenas observaba. Una vez fuimos al cine a ver Encuentros cercanos del tercer tipo. Había una fila enorme. No nos gustó la película y salimos a la mitad. Eso fue en aquel cine que quedaba cerca de Loma Verde. No me acuerdo del nombre de ese cine y si todavía funciona o si, como el Rex, hoy es un templo evangélico.
Cuando pasábamos por el edificio del Banic, en la carretera Masaya, él decía que allí seria el local de la juventud revolucionaria. Era un edificio moderno, con fachada de vidrio y bonito. Después del triunfo me acordaba de eso que él me decía, pero el mismo edificio continuaba siendo del Banic.
Pero el momento más terrible que viví con Chico fue en un contacto frente al cine de Bello Horizonte. Chico lloró y casi me hace llorar. Acababa de morir Oscar Robelo, que era muy amigo de Chico. Creo que fue un día después que Oscar murió que nos encontramos en Bello Horizonte. Chico me habló de Oscar. Y me acuerdo muy bien lo que me dice. Me dijo, ya con los ojos llenos de lágrimas, que tenía la imagen de Oscar riéndose. Y que Oscar se reía moviendo la barriga. No sé si es verdad, pero es esa la imagen que había quedado en la mente de Chico. Y durante mucho tiempo quedó en mi esa imagen, que creo nunca conté para nadie, la imagen de Chico llorando por Oscar. Después nos perdimos en las calles polvorientas del barrio de Santa Rosa.
Una vez me contó que había dejado una novia en León o en Mina El Limón, no sé. Pero que la había dejado o terminado con ella. Entendí que era alguien que no militaba y que, además de su venida a Managua, había provocado el distanciamiento. Y decía que de ella se acordaba con la canción de Roberto Carlos “Detalles”. Y cantaba aquella frase
“No ganas al intentar el olvidarme
durante mucho tiempo en tu vida yo voy a vivir
detalles tan pequeños de los dos
son cosas muy grandes para olvidar
y a toda hora van a estar presentes, ya lo veras
si otro hombre apareciera por tu ruta
y esto te trajese recuerdos míos, la culpa es tuya
el ruido enloquecedor de su auto
será la causa obligada o algo así
inmediatamente tu vas a acordarte de mí”

segunda-feira, 21 de setembro de 2009

Memórias fragmentadas

Desconozco el motivo por el cual guardamos algunos recuerdos mientras otros desaparecen para siempre. Por lo menos es esa la sensación que tengo, pero la verdad es que los recuerdos siempre están guardados en algún lugar de la mente, basta saber encontrarlos y sacarlos a luz.
Cuando Ulises llegó a la universidad, creo que era 1977, no sabía usar el megáfono. En poco tiempo era el dueño de los pasillos de la UNAN. Los estudiantes nunca más fueron los mismos. Ulises era así, agitado, firme, con una energía concentrada que iba se disipando poco a poco, contaminando todo lo que se encontraba alrededor. Cuando fue electo presidente del Básico llegó a su casa adonde su mama lo esperaba preocupada. Él la contentó diciendo “pero ganamos”.
En medio de los pasillos 5 y 6 del Recinto universitario, todavía veo al chino sentado con su eterna camisa negra, leyendo algún libro o con la mirada perdida en los detalles de la falda de alguna estudiante.
Una imagen que se me quedó, bailando en mi mente y así permaneció por mucho tiempo, fue cuando llegaron dos muchachas sonriendo, felices, eran la Dorestela y la Mayra. Yo estaba en una mesa dando informaciones de matrículas a los alumnos del básico. Era una actividad puramente gremial. Las dos llegaron e iluminaron aquella tarde.
Veo aún a Hulasko con el pelo alborotado, y su cotona bordada, contando los días de la huelga de hambre de Tomás Borge.
En el colegio leí el Estado y la revolución. Era 1975 y yo estaba en un círculo de estudio. Ese mismo año, creo que fue en julio, llegué a la UNAN y conocí Chico. Estaba en el CUUN. Fui a traer unos paquetes de papeletas para distribuirlas en los colegios. Después nos hicimos amigos y fue mi responsable. A veces nos escapábamos e íbamos a jugar billar. Un día fuimos a un billar cerca de la Salvadorita. Tomamos una cerveza. No habíamos comido nada, y como ninguno de los dos sabía jugar billar, nos corrieron.

segunda-feira, 14 de setembro de 2009

quarta-feira, 9 de setembro de 2009

Taare Zameen Par- Cada niño es especial, o “Como estrellas en la Tierra”

El otro dia, vi Taare Zameen Par- Cada niño es especial, o “Como estrellas en la Tierra”, una película de la India. Confieso que difícilmente lloro, pero esta vez mis lágrimas corrieron en mi rostro, al mismo tiempo en que mi alma se hundía en el viejo sofá de la sala. Ishaan Awasthi es un niño de nueve años que está repitiendo el tercer grado. Y como las cosas van, Ishaan repetirá de nuevo. Él sufre de dislexia y el padre piensa que necesita más disciplina. Las letras bailan delante de él y mis lágrimas las imitan. Las palabras cobran vida, dejando un rastro de mil colores. El niño no puede descifrar el significado de las palabras. Las clases son incomprensibles y el mundo se ha vuelto hostil. Multiplicar 9 X 3 es un viaje cósmico, y el resultado no puede ser otro que 3. Está aterrorizado, mientras los otros niños ríen sin parar. Cuando vuelve a casa, el padre lo regaña fuertemente. El padre desesperado está preocupado porque su hijo no podrá vencer en el competitivo mercado de trabajo. Todo esto contrasta con las notas altas de su hermano mayor. Por último, el padre decide enviarle a un internado. El niño se resiste, no quiere separarse de la familia. El director del colegio interno declara que allí “se doman hasta caballos salvajes”. El niño deprimido, desesperado, incomprendido es abandonado. Es castigado duramente. Abandona la pintura, la única actividad que hacía con placer y que de forma increíble pasa inadvertida para los profesores y los propios padres. Ya está al borde del precipicio, cuando llega un nuevo profesor que se da cuenta del problema de Ishaan, precisamente porque él mismo sufrió en su infancia del mismo problema. Es una película excelente, imperdible, indispensable. En Brasil hay una campaña para exhibir esta película en los cines del País. No sé si ha llegado a otros países, la recomiendo.

domingo, 6 de setembro de 2009

sábado, 5 de setembro de 2009

Campanha

Há uma campanha promovida pelo blog de Ibirá Machado cinemaindiano.blogspot.com/ para trazer ao Brasil o filme indiano Taare Zameen Par- toda criança é especial. E merece todo nosso apoio. Não sei os motivos pelos quais este excelente filme, lançado na Índia em dezembro de 2007, ainda não foi exibido nos cinemas brasileiros.

Taare Zameen Par - toda criança é especial ou "Como estrelas na Terra"



Ontem assisti Taare Zameen Par- toda criança é especial, um filme indiano, e confesso que chorei com minha alma afundada no sofá. Ishaan Awasthi é um menino indiano de nove anos que está repetindo a terceira série. E tudo indica que Ishaan a repetirá ainda mais uma vez. Ele sofre de dislexia e o pai acha que falta mais disciplina. As letras dançam na sua frente, igual que minhas lágrimas. As palavras ganham vida e voam deixando rastros coloridos. O menino não consegue decifrar os significados das palavras. As aulas são incompreensíveis e o mundo se tornou hostil. Multiplicar 9 X 3 é uma viagem galáctica, e o resultado dessa soma só pode ser 3. Ele fica apavorado enquanto os outros riem. É recebido em casa, com violentos xingamentos pelo pai desesperado. O pai teme que no futuro, o filho não poderá competir no mercado de trabalho. Tudo isso contrasta com as excelentes notas do irmão mais velho. Por fim, o pai decide enviá-lo a um internato. O menino reluta, não quer se separar da família. O diretor do internato explicita a política do local: “aqui domamos até cavalos selvagens”. O menino entra em depressão, desesperado, incompreendido, abandonado. É castigado duramente com fortes palmatórias. Abandona a pintura, a única atividade que ele fazia, gostava e que, incrivelmente passa despercebida, para os pais e professores. Estando à beira do abismo aparece um professor substituto que percebe o problema de Ishaan, precisamente porque ele mesmo sofreu na sua infância de dislexia.
É um filme excelente, imperdível, indispensável.