domingo, 15 de março de 2009

El Tiempo y El Poeta


Siento en el aire que el tiempo está cambiando. El viento frio ya entra por la ventana. El verano se vá y vuelve el frío invierno.
Cuando hace frío en Pelotas cualquier semejanza con Granada se desvanece por completo.
Está llegando el momento en que busco refugio en los interiores y duermo bajo una montaña de cubiertas de lana, como si fuese una sepultura. Pero resucito cada mañana, si hay sol. Si hace frio, llueve y está nublado, para mí, es la mayor tragedia del mundo. Hago un esfuerzo de titán, para levantarme. Bañarme es una tortura, salir a la calle duele.
Pero hoy es domingo, el sol radiante es el mismo que ahora se deja caer sobre el Parque Central de Granada. Imagino los coches jalados por caballos que corren alegremente. Si no me engaño, Granada es la única ciudad de América donde transitan coches por sus calles. En un domingo como este, pero sin viento frio, los coches llenos de niños, circulan por sus calles, pasan por la catedral y la orilla de lago. Muchas veces anduve de coche con mi abuela.
Si no me engaño, julio es el mes más frio aquí en Pelotas. El frio les gusta a los poetas y a los músicos. No soy poeta, por eso detesto el frio. Aún poetas que viven en lugares calientes, añoran el frio. Puede ser que el frio sea un gran estímulo para el viaje interior. Será eso que algunos llaman de estética del frio? Ni idea.
Hay un lugar cerca de aquí que llama Alegrete. No conozco. Queda a unos 500 km de Pelotas. El 30 julio de 1906 nasce en esa ciudad Mario Quintana, uno de los principales poetas brasileños. Ese día el frio llegaba hasta los huesos. El termómetro de la farmacia indicaba 1 grado centígrado. A él si le gustaba el frío. En 1919 fue para Porto Alegre y estudió en el Colegio Militar. En mayo de 1994, cuando murió, también hacía frío. Sus poemas expresan una ironía inteligente e inesperada. Como muchos poetas, también fue periodista y traductor. Tradujo “En busca del tiempo perdido”, obra monumental del francés Marcel Proust.
No sé si los poemas de Quintana fueron traducidos al español. Sus poemas siempre nos sorprenden. Vi algunas de sus últimas entrevistas y la sensación que me pasó, es la de que se trataba de un niño juguetón y risueño. La expresión de su rostro era la de un niño travieso. Y sus poemas, una diversión infantil. Casi siempre vivió en hoteles. El último donde vivió, hoy es una casa de cultura. Lo intentó tres veces, pero nunca fue aceptado en la Academia Brasileña de Letras. Como él decía, títulos son simplemente títulos, además de que, estar en la academia seria un obstáculo para la creatividad de cualquier poeta. En 1980 recibió el premio Machado de Assis como reconocimiento de toda su obra.
Según él, lo mejor que le había pasado, era haber nascido. En una entrevista le piden que hable de sí mismo, como si sus poemas no lo hacían. Y fue eso lo que él respondió. Sus poemas nos describen ese niño juguetón, que nasció prematuro y por eso tenía el complejo de no haber nascido completo. Y así buscó completarse en cada poema que escribió.

Um comentário:

Anônimo disse...
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