terça-feira, 5 de maio de 2009

La lista de Osmar


Conocí Osmar en el Polo Norte, mas no hacia frio. Vi sus ojos llenarse de lágrimas cuando habló de Ernesto. Pensó que había muerto, le dije que no, que el poeta estaba vivo. Sabía de memoria la Oración para Marilyn Monroe, algo raro, que yo nunca, en mis años de estar aquí, había visto, mucho menos oído. Nunca imaginé encontrar alguien en el Polo Norte que hablara de Nicaragua, de la revolución y de sus poetas. Y yo que ni me acordaba de este poema y Osmar sabía cada frase. Después lloró de nuevo cuando hablamos de música. De la bolsa de la camisa sacó la lista de libros que iría a leer. Una lista inmensa, diversificada e interesante. No me acuerdo que autores yo mencioné y él anotó alegremente, no lo supo, pero yo también tomé nota y copié lo que pude de su lista. Uno de los libros que él ya había leído me llamó la atención: “Carassotaque” del brasileño Alfredo Aquino. El título en español sería algo así como, los hombres-acentos. Todavía no lo he leído, pero está en mi lista que de Osmar robé. Leí una reseña sobre este libro y sin duda, vale la pena leer. El libro trata del miedo, del poder y del horror a los extranjeros.
No lo dije antes, pero Osmar era filósofo, vivía en un asentamiento de trabajadores sin empleo cerca de Porto Alegre y cruzaba el Estado, de moto, sintiendo en el rostro, el viento del sur. El jueves 30 de abril un camión lo atropelló. El periódico noticiaba fríamente la muerte de un motociclista. Para muchos lectores, un nombre más en la larga lista de accidentes de tránsito.

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